Por el Dr. Oscar Villavicencio Vargas
… alguna vez recibí en mi consulta a un agricultor de quien
pude advertir un proceso inflamatorio bastante marcado y delimitado, desde
ambos codos a la punta de los dedos, el dolor intenso a pesar de los esteroides
y antiinflamatorios adicionales, después de sus 3 visitas a un centro
hospitalario, le hizo buscar ayuda complementaria. Sus exámenes de laboratorio
confirmaban un proceso autoinmune, sin estar claro de que tipo.
Mi experiencia como médico naturista me hizo recordar
algunos planteamientos terapéuticos que iban desde la orientación
trofoterápica, pasando por la fitoterapia, geoterapia y hasta alguna técnica
hidroterapeútica para ayudar a calmar el dolor y poder ayudarle a revertir su
cuadro.
Mi experiencia como médico de la conciencia me obligaba a
buscar dentro de las causas de este proceso no solo la punta del iceberg sino
lo que se escondía debajo del océano, haciéndonos recordar que lo subjetivo de
la enfermedad suele ser tanto o más importante que lo objetivo.
La impresión, la relación y el contacto con el paciente me
permitió descubrir en las preguntas que le hice que no se veía ni se hablaba
con su padre hace 5 años derivado de una vieja disputa, llegando a plantearle
que la enfermedad que estaba padeciendo era una autoagresión, que así como se
manifiesta en lo objetivo ó bioquímico ó físico se refleja como en un espejo en
lo subjetivo, en lo holográfico, en lo sutil y que tenia que terminar ya con
esa vieja rivalidad con su padre, habiendo llegado el momento de perdonar. Era
tan evidente la sorpresa que se reflejaba a través de los ojos agrandados del
paciente, porque él se preguntaba que tenía que ver un dolor tan intenso
en sus brazos edematosos y enrojecidos con el perdón a su padre que le estaba
sugiriendo que haga, además de los consejos terapéuticos naturistas.
Pasaron 7 días cuando volví a ver a este paciente, ya no
presentaba ningún rastro del proceso inflamatorio intenso, me comento que
cuando vino a consulta la primera vez no entendía lo que yo quería decirle y
que se durmió esa noche pensando en lo que habíamos conversado. Al día
siguiente muy temprano, llamaron a la puerta de su casa, al abrir se vio cara a
cara con su padre, en ese momento no atino a decir nada, sólo los recuerdos de
lo hablado durante la consulta acapararon su conciencia y no atinó a más que
abrazar a su padre y pedirle perdón, llorando como un niño, siendo esto
reciproco. Desde ese momento su proceso inflamatorio comenzó a disminuir
rápidamente hasta ceder totalmente, tanto que no dio tiempo a que le realizara
el tratamiento naturista y quería preguntarme si lo tenía que hacer a pesar que
ya se encontraba bien.
Hay muchas preguntas después de esta experiencia, como poder
acercarnos a lo subjetivo de toda enfermedad, que hilos de la conciencia se
movieron o se conectaron para que el padre del paciente visite a su hijo
después de 5 años al día siguiente de la consulta donde se habló de la
necesidad de la reconciliación. ¿Es la conciencia el hilo conductor de ese
campo R del cual hablan los físicos cuánticos?, es el corazón, como señala la
tradición y reafirman las investigaciones más avanzadas en el tema, el lugar
donde mora el alma y se asienta la conciencia.
El corazón desde el punto de vista mecánico late unas cien
mil veces al día y cuarenta millones de veces al año. Durante la
vida promedio de cualquier mortal es capaz de producir casi tres billones de
latidos cardiacos e impulsa más de 7 litros de sangre por minuto a través de todo el cuerpo, además de
transportar 370 litros de sangre por hora a través de un sistema vascular que si
se extendiera alcanzaría dos veces y media la superficie de la
tierra.
El corazón desde el punto de vista energético es un director
de orquesta sensible a las notas musicales de nuestras emociones. Recién en medicina empezamos a aprender que la paz es
terapéutica que el amor es sanador, que la irritabilidad como la impaciencia y
el miedo son algunos de los venenos mortales que ingerimos en nuestra dieta
diaria, peor que el azúcar blanca, los enlatados y las grasas saturadas.
Por psiconeuroinmunoendocrinología se conoce que las emociones negativas
producen radicales libres, es decir bombarderos que están afectando y rompiendo
las membranas de las células, que estas mismas emociones negativas pueden producir
alergias o también una parálisis del sistema inmune y que por el contrario las
emociones positivas, una simple sonrisa o una simple caricia pueden cambiar el
pronóstico de cualquier enfermedad.
Durante las primeras semanas de vida fetal, un conjunto de
células cardiacas empiezan en forma espontánea a latir armónicamente. Parece
ser que la energía del corazón materno contenida en ondas sonoras primarias
guardan la información que permite el inicio de la música que marcara el paso
de nuestra vida. Esta música generada por nuestro corazón mantiene una
frecuencia de 70 y 80 tonos por minuto. Las investigaciones muestran que el
sonido del latido cardiaco emitido en una guardería infantil reduce en un 55%
el llanto de los recién nacidos y que se mejora significativamente el dolor en
niños quemados cuando se les hace escuchar una grabación del corazón de sus
madres.
La Neurocardiologia que es la ciencia que estudia al corazón
como un órgano neurológico, endocrino e inmunológico, ha encontrado algunos
hallazgos interesantes, como que los neurotransmisores que se encuentran en el
cerebro han sido identificados también en el corazón, estableciéndose una
relación neuroquímica y electromagnética directa entre el corazón y el cerebro
mas allá de las simples conexiones neurológicas que se sabe existen entre
ambas. El corazón ejerce a través de las hormonas, los neurotransmisores y el
campo R (campo energético relacional) tanto control o hasta más sobre el
cerebro, como este ejerce sobre el corazón.
Desde el punto de vista físico se sabe que el campo
electromagnético del corazón es 5000 veces más potente que el campo magnético
cerebral, además que esta energía viaja de manera sutil y no local (teorema de
Bell). Los instrumentos de interferencia superconductora cuántica, los
magnetocardiogramas y los magnetoencefalogramas que miden los campos magnéticos
fuera del cuerpo muestran que el corazón genera unas 50,000 fentoteslas. El
promedio de la frecuencia normal de la actividad eléctrica cerebral se
encuentra entre 0 y 100 ciclos/seg., siendo la mayor actividad entre 0 a 30 ciclos/seg., mientras que la frecuencia cardiaca
normales de 250 ciclos/seg. Y si tenemos en cuenta el fenómeno no local de la
energía, el corazón se convierte en el receptor y emisario más poderoso de esta
energía.
Un sentimiento de amor
impersonal o lo que las escuelas de la tradición llaman PUREZA DE MOVIL o de
los motivos, dan lugar a cambios en la electrofisiología cardiaca que tiene un
efecto armonizador sobre todos los ritmos corporales hasta el punto que para
los investigadores del Instituto Hearth Math, el corazón puede ser considerado
como un oscilador eléctrico maestro.
En la consulta diaria con el paciente no debe primar la
relación cerebral sino la del corazón ya que a través del amor impersonal , se
está favoreciendo que el campo electromagnético del corazón del terapeuta
envuelva al paciente y haga conexión con su centro, es decir con el corazón del
paciente, que permita ir mucho más allá de la relación médico-paciente de las
escuelas clásicas de medicina y ser más fácil la conexión con lo subjetivo de
su enfermedad en otras palabras encontrar la llave que nos permita aperturar la
conciencia.
Existe además una evidencia directa de que el corazón
requiere neurohormonalmente una constante actualización ambiental del cerebro a
fin de organizar la energía corporal. Después de la contracción auricular se
favorece la producción de una neurohormona conocida como Factor Naturético
Atrial (FNA), este peptido se comunica en forma directa no solo con el cerebro
sino con el sistema inmunitario y sus conexiones llegan al hipotálamo centro
regulador endocrino que participa en nuestro estado emocional, a la epífisis
que regula la producción de melatonina que interviene en nuestro ciclo
sueño-vigilia, en el proceso de envejecimiento y el nivel de energía en
general. La actividad de la FNA del
corazón influye en la hipófisis, tálamo y sistema límbico que constituye un
centro importante de nuestra memoria, capacidad de aprendizaje y emociones.
Estos estados de amor impersonal, en los que se experimentan
profundos sentimientos de conectividad y paz interior se asocian a una alta
coherencia cardiaca que se registran en el tiempo como una disminución de la
tasa de variabilidad de la frecuencia cardiaca. Este mismo estado es capaz de
incidir voluntariamente sobre el grado de polimerización del ADN in Vitro,
haciendo evidente su cambio en el estudio por espectrofotometría.
Para los investigadores en Cardioenergética, Gary Schwartz y
Linda Russeck, el corazón además de ser el maestro de los ritmos corporales,
emite un complejo patrón de ondas que envuelven cada segundo todas las células
del organismo. Este complejo patrón de ondas que representan la música de
nuestro organismo no solo proporcionan oxigeno, nutrientes químicos a través de
la sangre, sino también información térmica, acústica, de presión y
electromagnética.
El corazón como un maestro de la economía distributiva da a
cada órgano según su necesidad, distribuyendo materia, energía e información a
través de pequeños corazones o glomus que como pequeñísimas bombas en la
periferia del árbol arterial, dirigen selectivamente el flujo sanguíneo a todos
los sistemas según su demanda.
El electrocardiograma puede registrarse en todo el
organismo, de tal manera que si eliminamos los dispositivos electrónicos del
ruido, podemos percibirlo en el cerebro, en el abdomen de la gestante
encontramos su electrocardiograma portando, como a caballo y mas pequeño el
electrocardiograma fetal, en el cuero cabelludo podemos registrar el
electrocardiograma portando en su seno la señal mas tenue del
electroencefalograma.
Cuando experimentamos
cualquier tipo de emoción odio, tristeza, pánico o resentimiento cambia el
estado de coherencia cardiaca, aumenta la variabilidad de su frecuencia y con
ella se induce desarmonía en los ritmos corporales, debemos recordar que la
enfermedad en síntesis no es más que la pérdida de los ritmos corporales.
La respuesta fisiológica de relajación tienen su
correspondencia en una actitud de apertura amorosa que revela paz interior y
permite bajar la descarga que sobre todos los sistemas orgánicos y en especial
el sistema cardiovascular, ejerce el estrés como lo demostraron los primeros
estudios del Dr. Herbert Benson cardiólogo y presidente del Instituto para la Medicina Mente- Cuerpo de la Universidad de Harvard.
En Cardioenergética se plantea la teoría de los “Sistemas
Dinámicos de Memoria”, están basados en las siguientes hipótesis:
1- Información y energía es la misma cosa. Todo cuanto
existe tiene energía, la energía esta llena de información y está energía
R(relacional) ó infoenergía almacenada conforma la memoria celular.
2- Lo que llamamos mente, conciencia o nuestras intenciones
son realmente manifestaciones de energía que contiene información.
3- El corazón es el principal generador de energía R.
4- Debido a que somos manifestaciones de la energía R que
llega flota y es enviada constantemente a nuestro sistema celular total, lo que
somos y como somos no es mas que una representación física de un conjunto
recuperado de memorias celulares.
Esta memoria celular que los médicos naturistas lo
experimentan a través de las crisis curativas o de vicariaciones regresivas o
progresivas de la homotoxicología y de las continuas e impactantes experiencias
de los pacientes transplantados del corazón que comienzan a percibir y adoptar
comportamientos del donante como por ejemplo personas que solo apreciaban la
música clásica pueden empezar a escuchar la música metálica que sus donantes
disfrutaban. De alguna forma también pensamos con el corazón, por ello el
corazón se convierte en un cerebro mayor o cerebro afectivo. Esta creciente
tendencia a recuperar el código del sentir y la reinvindicación de la
inteligencia emocional nos revela que para dar sentido a la existencia es
necesario redescubrir el código del sentir… es decir el código del corazón.
Para el médico naturista es importante en el diagnostico y
el tratamiento redescubrir este código del sentir o alcanzar la conciencia del
corazón, existen 5 técnicas según Paul Pearsall, psiconeuroinmunologo, que son:
ser paciente, mantenerse unido, ser agradable, ser humilde, ser apacible;
técnicas que no dependen de espacio ni de tiempo, simplemente Ser.
La antigua tradición transhimaláyica relaciona los centros
energéticos mayores o chacras con los diversos reinos de la naturaleza
empezando desde el primer centro (plexo coccígeo) se relaciona con el reino
mineral, el segundo centro (plexo sacro) con el reino vegetal, el tercer centro
(plexo solar) con el reino animal, el cuarto centro (plexo cardiaco) es el que
le corresponde al reino humano. La humanidad se encuentra dando el gran paso
desde el tercer centro que es el mundo emocional a la conquista del cuarto
centro que son los dominios del corazón o del amor. Algunos visionarios y
meditadores representan al centro del corazón como una flor de loto de 12
pétalos que representan los 12 portales del alma, distribuidas en 4
triplicidades que son las bases del templo del alma: 1. Responsabilidad -
Inclusividad - Participatividad 2. Soledad - Serenidad -
Calma 3. Desapego - Intuición - Sabiduría 4. Impersonalidad -
Indiferencia - Libertad
La expresión de la luz del alma se da en nuestro corazón a
través de 12 vibraciones, los llamamos pétalos o portales, pero son 12
corrientes de vida, 12 estados de conciencia que hacen parte de 12 virtudes.
Cuando nosotros tenemos una buena acción, cuando servimos, estamos construyendo
en materia más sutil, estamos aportando una piedra en la construcción del
templo del alma. Es la construcción a través del dar, para que vivamos en la
vida cotidiana según las leyes del corazón, que es en nuestro cuerpo la
traducción de las leyes del alma
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