domingo, 23 de septiembre de 2012

ACERCA DE LA MENTE










Todo lo que existe es Conciencia Pura, por lo tanto todos nosotros también lo somos, pero nos diferenciamos del resto de lo creado, supuestamente porque pensamos, discernimos y ocupamos cuerpos calificados como humanos, aunque en ocasiones no manifestemos nuestra humanidad inherente de la forma en que deberíamos hacerlo.


Nuestra conciencia individual ha existido desde la eternidad, pero debido a la forma en que hemos accionado en cada una de las experiencias de vida, dicha conciencia conformada por un conjunto de partículas elementales o energía, en ocasiones la hemos estado desvirtuando y tergiversando.


Esa energía individual que puede ser definida también como una “Sustancia Básica”, es de igual contextura a la Sustancia Básica de la Conciencia Universal , pero en el caso de nosotros, sus componentes se han estado densificando o sutilizando por el uso inadecuado.


Todo este proceso de ponerse más pesada o más ligera, define en cada persona una configuración energética individual. Esta configuración es lo que ha estado atrayendo cada uno de los cuerpos que hemos ocupando en cada existencia, inclusive la actual y las venideras. Por decirlo de otra forma, es un componente individual que no se ve en nosotros, pero es el que nos identifica y nos acompaña a todas partes denotando el estado o el nivel de conciencia en el que vibramos… Es el alma en evolución.


Cada vez que nacemos, lo hacemos con un único propósito: alcanzar la perfección con nuestro diario accionar llevando al equilibrio todas aquellas partículas que se encuentran vibrando en frecuencias bajas y así liberarlas al universo, librándonos nosotros en consecuencia del ciclo nacer y morir. Por lo tanto, el cuerpo que hemos estado ocupando es sólo un instrumento que utilizamos para cumplir con ese “Deber Ser” intrínseco. La calidad, el estado o el nivel vibracional en el que se encuentra nuestra esencia y su “necesidad” de volver al estado de perfección inicial, es lo que nos indica lo que debemos hacer en cada existencia.


Es por ese motivo que tanto el cuerpo, como el nombre, además de la nacionalidad, los rasgos, la raza, el idioma, las situaciones de vida, la preferencia política, la ocupación, la profesión y/o el oficio, sólo definen una circunstancia que debe ser experimentada para, y en lo posible avanzar en nuestro camino evolutivo. En consecuencia, no somos el cuerpo ni la mente ni el pensamiento ni la profesión o cualquier otra “cosa” que manifestamos en el mundo denso en el que interactuamos.


De igual forma ocurre con todos los contactos y las relaciones personales que se dan.  Éstas en realidad son de tipo transitorio, que fueron atraídas por nosotros sólo como instrumentos para “hurgar y mover” de alguna manera nuestra energía, motivo por el que deben ser “usadas” con el fin de ayudarnos los unos con los otros, en este transitar hacia la liberación. Mientras no lo entendamos de esa manera, nos seguiremos haciendo daño, sólo por creer que el cuerpo y las circunstancias que experimentamos son reales.


Cada vez que accionamos, dichas acciones generan una serie de movimientos energéticos imperceptibles, los cuales se encuentran gobernados por un proceso infinitamente regenerativo que corrige continua e intuitivamente todo aquello que se distorsiona, y que a su vez custodia la forma en que se activan éstos y los futuros movimientos con el fin de preveer su respectiva corrección en la infinidad de efectos directa e indirectamente generados por reflejo, reacción, resonancia y/o repercusión. Son movimientos que en el nivel evolutivo en el que nos encontramos, nadie puede imaginar el cuándo, el dónde y el cómo van a incidir sobre nuestro futuro.


Este proceso evolutivo es eterno, pero en la actualidad el planeta al estar vibrando en una frecuencia más alta, está experimentando una apertura a nuevos estados de conciencia que nos permitirán desarrollar la suficiente sabiduría para poder entender quiénes en realidad somos y qué es lo que debemos hacer para ser mejores personas y así “conseguir” el camino que habíamos perdido por tantas “distracciones”.


Es esta la razón por la que estamos experimentando de manera drástica y dramática ciertos eventos protagonizados por la naturaleza, junto a ciertas circunstancias de inconformidad en cuanto a situaciones de vida, que se encuentran incidiendo tanto en lo social como en lo político y lo económico, en nuestros respectivos países.


En el caso de Venezuela por ejemplo, el país en el área política se encuentra dividido prácticamente por dos tendencias. La preferencia de cada persona la determina el grado de desarrollo de sus energías así como la empatía, el reflejo y la resonancia de éstas con sus congéneres. Al hacernos conciente de estas verdades poco estudiadas e investigadas, podemos entender por ejemplo, que cuando un venezolano sale a “marchar” a favor de determinada causa o convicción, debería tomar esa experiencia para activar, desarrollar y fortalecer energías relacionadas al patriotismo, la democracia, la libertad, la justicia, la igualdad, la honestidad, el sentido común, la verdad, el respeto, la equidad, el equilibrio,…, esto debe ser así porque toda buena acción debe ser emprendida por la misma persona interesada para conseguir indirectamente el respectivo beneficio. Al “marchar” vibrando de esta manera, se estarán activando dichas energías en su esencia, acción que irá sutilizando todas aquellas partículas elementales que conforman dicha esencia, perfeccionándola a tal punto que le permita ascender a estados de conciencia superiores.


Si por el contrario, lo hace para sabotear, desordenar, violentar, agredir, mentir, excluir, acusar, ridiculizar,.., a sus adversarios estará densificando su carga energética y por lo tanto, se le harán más difíciles y traumáticos sus futuros procesos y experiencias de vida, incluso también estará repercutiendo en el futuro cuerpo que ha de ocupar en la siguiente encarnación.


Cuando un gobernante, legislador, político, dueño de medios de comunicación o periodista, censura, critica, usa términos peyorativos, discrimina, excluye, divide y confunde a sus congéneres, dichas acciones estarán densificando tanto sus energías inherentes como las energías de aquellos a quienes agrede, miente y excluye, al activar en ellos odios, rechazos, impotencia, frustración,..., estas energías activadas en otros regresarán a quien las estimuló, lo que hará mucho más pesadas las suyas, prolongando su respectivo e individual proceso regenerativo en el tiempo y en el espacio, obstaculizando indirectamente también el avance de la masa crítica que ha estado avanzando al irse “quedando atrás”.


Ocurre todo lo contrario cuando el gobernante, legislador, político, dueño de medios de comunicación o periodista,…, utiliza sus acciones para hacer el bien, servir, incluir, unir, respetar, tolerar,…, estas acciones al beneficiar a muchas otras personas, los beneficios activados se prolongarán en el tiempo y en el espacio en la esencia individual que los activa, haciendo más fácil su camino evolutivo.


Continuando con el lenguaje del “bien y el mal” que en realidad definen la sutilización y la densificación energética, todas aquellas personas que tienen un cargo público o que trabajan en empresas privadas, así como las que son independientes, si al ejercer la labor encomendada accionan desvirtuando sus energías, en energías relacionadas a la corrupción, al irrespeto, a la ineptitud, a la irresponsabilidad, a la desidia, a la mentira, la adulancia, lo servil,…, las consecuencias más temprano que tarde han de ser enfrentadas en la misma proporción de las personas afectadas multiplicadas en cada una de las acciones que se derivaron de estos inadecuados accionares.


Si por el contrario usa su trabajo para el bien, para ser honesto, responsable, justo, eficiente, así como para practicar la moral y la rectitud, los efectos activados en quienes se vean beneficiados con ellas, regresarán a quien las activo lo que beneficiará su evolución.


Con frecuencia se dan los dos casos, la gran mayoría de las personas por la ignorancia que se tiene sobre estos temas, constantemente se encuentran densificando y sutilizando a la vez, con sus inadecuadas y adecuadas acciones, sus energías inherentes, incidiendo esta forma de proceder directa e indirectamente sobre la densificación y sutilización de los demás, lo que ha traído en consecuencia un estancamiento en el avance del colectivo. Por ejemplo y siguiendo con la persona que decidió marchar, al no utilizar concientemente ese momento para ser mejor persona, entonces puede que active energías relacionadas a la participación, a la tolerancia, a la igualdad, pero junto a ellas esté también activando energías de inconformidad, crítica, burla, odio,…, razón por la que dicha experiencia no le traerá ningún beneficio en su proceso.


Por otra parte, debemos tener presente que la calidad en cuanto a conducta de los pobladores de una nación es directamente proporcional a la calidad de sus medios de comunicación. Repito, tanto la calidad de una sociedad, como su educación, su economía y sus dirigentes políticos, son el producto de la calidad de sus medios de comunicación.


Todos los programas, los comerciales, las propagandas, las novelas, los espacios informativos, las películas, las series, los artículos,…, están constantemente estimulando, activando, desarrollando y fortaleciendo en forma masiva, directa e indirectamente, conciencie e inconcientemente, las energías inherentes de cada una de las personas que los ven, los leen o los oyen.


Si el espacio informativo constantemente se dedica a difundir, odio, división, exclusión, resentimiento, mentiras, enfrentamientos, peleas, burlas, cinismo, irresponsabilidad, irrespeto,…, quienes los ven, los leen o los oyen estarán activando, desarrollando y fortaleciendo y arraigando en sus esencias conductas relacionadas al odio, la división, la exclusión, el resentimiento, las mentiras, los enfrentamientos, las peleas, las burlas, el cinismo, la irresponsabilidad, el irrespeto,…, esto ocurrirá tanto en su vida familiar, como en el trabajo, en la calle, en el lugar de estudios,… Si por el contrario, se utiliza el programa para estimular el discernimiento, la lógica y el sentido común, sin necesidad de aludir ni execrar sobre otros, el ciudadano que los ve, los lee o los oye posiblemente tendrá un comportamiento ejemplar donde quiera que vaya.


Un comercial generalmente es realizado para vender algo, no importa el cómo. Para ello, la mayoría son diseñados irresponsablemente, por estimular, activar, desarrollar, fortalecer y arraigar energías relacionadas a la vanidad, a la ambición, el despilfarro, la indiferencia, el derroche, la desidia el irrespeto, la ansiedad,…, colocando en la mente de los futuros compradores una falsa necesidad de los mismos. 


Una telenovela estimula directa e indirectamente a través de sus actores y su drama, el cinismo, la lujuria, la vanidad, el escándalo, la indiferencia, el enfrentamiento, la deshonestidad, el exhibicionismo, el adulterio, la vagancia, el irrespeto, la ignorancia, la violencia, la perversión, la pereza,… Una persona al verla, su mente distingue y reconoce que está observando la simulación de un hecho, pero su esencia no lo registra de esa manera, por el contrario se “conecta” como si estuviera protagonizando cada una de las escenas y los personajes. Ella no reconoce, sólo percibe, estimula, activa, siente, desarrolla, fortalece y arraiga, como propias cada una de las energías que la afecten o la beneficien. Igual ocurre con una canción o con una película.  


Debido al alcance tecnológico que tienen los medios de comunicación en la actualidad, éstos deberían ser utilizados para estimular el discernimiento, que es la principal energía sutil que activa la voz de la conciencia y por lo tanto el buen accionar. Es por esa razón, que en las manos de sus dueños, sus actores, periodistas, moderadores, editores,…, reposa el mayor porcentaje de la calidad de la conducta de los pobladores de un país, incluyendo la calidad de sus dirigentes políticos, la calidad de la educación, su seguridad social y el modo de vida de sus habitantes.


Este proceso del “Despertar” es individual, pero podemos ayudarnos unos a otros, entendiendo que las “buenas y malas” acciones, en realidad se encuentran definidas por la sutilización de nuestras energías y en consecuencia de su respectiva liberación, o, por la densificación y su respectivo estancamiento en estados de conciencia muy bajos o casi nulos.


TODOS somos miembros de una sociedad, y por lo tanto nuestro bienestar siempre dependerá del bienestar de toda la sociedad.


Por un mundo mejor


Elizabeth Varga Ramírez


 

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