jueves, 28 de marzo de 2013

LAS GEMAS Y LOS ASTROS
















 Las gemas y los astros

No hay que pensar que solo los grandes cristales de cuarzo crean campos de energía; también cristales como las ágatas y los berilos a veces son superiores en curaciones debido a que se les suma la vibración de sus colores.

Todos los cristales crean campos de fuerza, longitud de ondas y el sistema endocrino es el receptor de estas vibraciones.

Un breve viaje al fascinante mundo de los poderes mágicos y curativos atribuidos a los minerales desde tiempos remotos.

Estamos habituados a considerar a los minerales sólo como materias primas para la industria, como objetos de interés científico o como objetos preciosos, ignorando las extraordinarias virtudes que les fueron atribuidas en el pasado, como las propiedades curativas descritas en los antiguos libros de medicina.

Los minerales tienen a sus espaldas una historia milenaria de tradiciones y leyendas en campo de la magia, la alquimia, la astrología, el simbolismo religioso y la medicina.

El Santo Grial de la Ultima Cena ¿No era quizás una copa de esmeralda?... y la esfera que permite a obtener a los videntes la visión del futuro ¿No es de cristal, es decir de cuarzo?.
Si el mineral que hoy llamamos magnetita consigue atraer al hierro, ¿Qué impide a otros proteger de los venenos, curar la embriaguez o sanar las fiebres?.

En la práctica de la magia, los minerales y las gemas eran indispensables para preparar talismanes y amuletos.
Su función resultaba potenciada si se grababa en ellos señales, figuras o escritos propiciatorios, como la fórmula "Abracadabra", que aparece a partir del siglo I d.c., o el nombre secreto "IAO" (Jahveh).

Establecer una relación de correspondencia entre el microcosmos (el hombre) y el macrocosmos (universo) permitía poner al servicio del hombre la potencia de los planetas, las estrellas y los cometas.

Se sostenía que las gemas, como los seres humanos, fueron generadas bajo la influencia directa de un planeta y que pueden ser asociadas a un signo del zodíaco. Por ejemplo, a una persona nacida bajo el signo de Piscis, entre el 20 de Febrero y el 21 de Marzo, se le prescribía como piedra una amatista, que se transformaba en un potente talismán y se le grababa, mediante ritos especiales un hombre armado con una espada y cabalgando un dragón. En tal caso, según un lapidario francés del siglo XVI, el poseedor la podía engarzar en un anillo de plomo o de hierro y obligar así a los espíritus de las tinieblas a revelarle la ubicación de ricos tesoros.


Hasta el siglo XVI, los minerales y las gemas eran descritos en los lapidarios, análogos a los herbarios para las especies vegetales y los bestiarios para los animales, donde eran minuciosamente descritas sus características y propiedades.

El primer lapidario, imitado por la mayoría de los autores de la edad media, es el contenido en la monumental obra de Plinio el Viejo (siglo I d.c.) Naturalis Historia.

Algunos lapidarios medievales se referían a las virtudes mágicas y médicas de las piedras, y otros explicaban las correspondencias astrológicas o las connotaciones religiosas. La mayoría estaban escritos en verso, como el Liber Lapidum seu de Gemmis, escrito por Marbodo, obispo de Rennes, que explica las virtudes médicas y sobrenaturales de 60 piedras.

Así, en el pasado se han atribuido a las piedras preciosas propiedades mágica y medicinales, aunque los autores se refugiaban siempre tras las expresiones tales como "se dice que" o "se ha observado que" ... por lo cual no es fácil deducir si era la convicción o bien la duda lo que acompañaba al autor.

Hielo infundidle por los grandes ríos (como el cristal de roca): producto de la extrema sequía de la tierra unida a una intensa acción del sol (como el Jacinto); orina de lince y lágrimas de pájaros (como el ámbar); estos son algunos ejemplos de génesis fantasiosas no muy lejos, por cierto, de las atribuidas en el pasado a prácticamente todos los minerales.

El lapidario prepara las piedras...

Deteniendo
la hemorragia nasal con el Heliotropo...De la cabeza del sapo obtiene la bufonita, con la que se cura el envenenamiento...


Entre las propiedades curativas y mágicas, por ejemplo, el heliotropo detenía las hemorragias nasales y hacía invisible a su poseedor; el diamante inmunizaba contra cualquier clase de veneno y descubría las infidelidades conyugales; la amatista protegía de la embriaguez; el zafiro posibilitaba las huidas de la prisión.

Estos son sólo algunos ejemplos, para no hablar de todas las piedras con nombres misteriosos, imposibles de identificar.

Quizás hoy algunos puedan reirse de estas creencias, pero a condición de abandonar también nuestra propia superstición.

Conviene aquí recordar el caso del diamante Azul, denominado Hope, que condujo a la muerte o a la ruina económica a todos sus poseedores durante los primeros años del siglo XX.

En el imperio romano, durante los siglos III y IV, a las piedras  se atribuía poderes curativos o mágicos

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